La actualidad de la Crítica al Programa de Gotha – Parte 1 (by @TheLonelyWlker)

marx

En ocasiones dentro del proceso de construcción del socialismo, es necesario remitirse a ciertos documentos básicos, sin convertirlos en dogmas pero sí a manera de referencia, para de alguna manera guiar el rumbo que toma la vanguardia socialista dentro de cualquier proyecto local, nacional o regional. Uno de estos texto es La Crítica al Programa de Gotha de Carlos Marx, publicado en 1875 por su mejor amigo y mecenas Federico Engels, de lo cual se tomarán unas cuantas reflexiones de temas que después de casi 150 años siguen teniendo vigencia, para lo que voy a citar el texto en relevancia en esta ocasión:

«El socialismo vulgar (y por su intermedio, una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y por tanto, a exponer al socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución» (Marx 1975, 34)

Como lo explica Marx, las desviaciones conceptuales de Ferdinand Lassalle llevaron al Partido Obrero Alemán a solo considerar que se debe solo transformar la distribución, dejando sin mencionar la necesaria transformación del modo de producción.

Similar falacia encontramos en los autodenominados gobiernos progresistas de la actualidad latinoamericana, cuando se construye el discurso del Socialismo del Siglo XXI basado exclusivamente en la redistribución de la riqueza. Una redistribución que deja intacta la base económica de la sociedad y por ende se permite el avance del modo de producción capitalista.

Y esta redistribución de la riqueza se ha basado en la mayoría de los casos en los altos precios de la commodities, sin embargo tampoco se ha afectado la distribución de la renta los grandes banqueros, los grandes industriales y en general los grandes capitalistas siguen ganando más dinero que nunca, como lo demostraron los Panama Papers la supraestructura internacional está diseñada para seguir fortaleciendo el capitalismo.

Tanto en 1875 como en la actualidad, este discurso socialista de los Lassallanos actuales deja intacto el modo de producción capitalista, por ejemplo: al no generar una reforma agraria revolucionaria que ponga los medios de producción en manos de quienes realmente van hacer producir la tierra, asegurando la autonomía y la soberanía de estos pequeños productores dentro de la cadena de distribución para eliminar la intermediación, y a su vez mantener precios bajos, como para lograr romper los monopolios y oligopolios de las grandes cadenas de supermercados.

Que la Economía Popular y Solidaria no sea simplemente una dádiva para organizaciones afines al gobierno, sino que se generen encadenamientos productivos que generen riqueza y sustentabilidad a los trabajadores, de manera planificada, eficiente y con calidad para poder solventar las necesidades de consumo de la sociedad, fomentando la producción de bienes endógenos y protegiendo divisas.

Al final del día si el tan famoso discurso socialista, no va a pasar de ser un simple discurso y no se traduce en verdaderas acciones contrahegemónicas que conduzcan a un periodo de transición que nos lleve a cambiar el modo de producción hacia el tan anhelado SOCIALISMO, entonces estamos cayendo en las mismas contradicciones que llevaron al fracaso del Partido Obrero Alemán, y en general a muchos de los experimentos socialistas del siglo XX.

Lcdo. Miguel Córdova Soria

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